Que me cante
y la arena se me vuele en un manto blanco
al igual que este sentimiento .
Que mi cerebro sea tocado por la brisa color turquesa
y me quite los delirios.
Los acompañe en cascadas que me chiflaban armonías.
Que me cante
y en un tren de luces con margaritas blancas
recité mis peores poemas a modo de desahogo.
Que la luna me empape con su rocío y pare mi locura
en vez de incitarla
que nunca deje de cantarme.