La cinta roja se deslizo, ahora me encuentro en un punto que ni yo reconozco y es indescriptible, pero tengo tiempo para revelar sentimientos y colocar los ojos en palabras suaves.
Quiero estirarme los músculos como una pasta de hojaldre hasta que ya no puedan mas. La suavidad que provocan las endorfinas me es vital, es un síntoma de que me encuentro bien, y me pregunto si algo mío energéticamente esta involucrado con este accidente, o solo es un soplido mas de esta intuición mía que devela el futuro.
Un arrebato más de este karma mío que me condena... pero el karma de Puchis es intenso, lecciones de vida, lecciones de muerte...