y me siento en plena dicha de ser así,
por supuesto, vista desde la perspectiva constante de mi naturaleza oriental mas que occidental.
-Busque: contradicción en sentido oriental, en el Zen, por ejemplo.-
Una pasión fulgurante por la vida, al mismo tiempo que la reducción en la garganta apretuja el intestino, desbocando en escalofríos, piel de gallina y fiebre...debilidad de nuevo.
Mi vulnerabilidad es exacerbante!
Me repela la incongruencia sobre todo en nosotras las vaginosas, y de nuevo mi intolerancia a lo acido eleva los niveles de mi nausea.
Las nauseas son un símbolo de rechazo hacía la vida, la falta de vitalidad en las personas, al mismo tiempo su quejar y no hacer nada para remediarlo me puede de verdad, llegar a revolver el estomago a un grado potencial, el discurso que propagan a favor de la vida, del "progreso social, humano", pero toda la suma de acciones que ejecutan la afectan de manera aberrante, altamente destructiva y violenta.
Actos incongruentes en su mayor expresión, hipocresía, no puedo de verdad con ello y casi casi, de inmediato me revuelca el esófago en las profundidades de sus negras frecuencias turbias y obscuras.
Escalofríos de nuevo, y no me puedo permitir ubicarme en este fango, tengo que salir.
Vete, me dice mi voz interna, lo que tienes que hacer ya lo sabes muy bien.
Náuseas, me doy asco. Gracias.
ResponderEliminar